sábado, 21 de noviembre de 2015

Érase una vez un cuento


Érase una vez una niña con una capucha roja, que siempre iba a visitar a su abuela. De camino, se encontró con un niño muy muy pequeño, llamado Pulgarcito. Éste vivía en un pequeño reino de setas, en el bosque. Caperucita Roja se preguntaba por qué era tan pequeño, y él le contó lo que le hizo ser tan pequeño. Entonces le contó que una bruja maligna que vivía en un castillo de ese bosque, le engañó con una bebida deliciosa que resultó ser una pócima para disminuir de tamaño.
Pulgarcito le preguntó a Caperucita que quién era, y le contestó que se llamaba Caperucita Roja, y él le dijo que  por qué se llamaba así. Caperucita le contestó que la llamaban así porque siempre llevaba una capa de color rojo. Pulgarcito la acompañó a casa de su abuela; cuando llegaron a su casa se dieron cuenta que su abuela no estaba en el salón y en lo alto de su mesa había una extraña bebida. Comenzaron a llamarla y escucharon unos gritos que procedían del dormitorio. Caperucita mandó a Pulgarcito a buscar ayuda para su abuela, y este empezó a caminar por el bosque y encontró a un leñador, y lo llevó a casa de la abuela de Caperucita para salvarla .Cuando llegaron a la casa, se encontraron a un lobo en la habitación de la abuela, y el leñador amenazó al lobo con matarlo y el lobo lo echó de una patada. Pero pulgarcito encontró a la abuela atada a la cama, y consigue deshacerse del lobo y desatar a la abuela.
Pulgarcito, caperucita y su abuela, se dirigen a casa de Caperucita cuando por el bosque encuentran a una niña sola, que decía que se llamaba Blancanieves. Blancanieves le cuenta que ella vive sola en una casa abandonada del bosque y no tiene familia. Entonces, a la abuela de Caperucita le da lástima y le dice que se vaya a vivir con ella. Blancanieves acepta y más tarde deciden irse los cuatro a vivir juntos. Así acaba el cuento, y todos son felices.

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